miércoles, 30 de junio de 2010

Déjame entrar - John Ajvide Lindqvist


Es la primera vez que hago una publicación no literaria en este blog pero vale la pena, mucho. Para los que queríais más aventuras sobre el señor Vallejo u otros productos de mi enferma cabeza, lo siento mucho, pero os jodeis.


Hace media hora escasa he acabado de leer Déjame Entrar, del autor sueco John Ajvide Lindqvist, y creo que no soy capaz de describir lo que siento ahora mismo. Después de leer el libro he tenido que dejar pasar cinco minutos sin hacer nada, sin pensar, que los pensamientos e ideas fueran cuajando lentamente en mi cerebro en blanco. Ha sido una lectura impresionante, tan real explicando lo irreal. Aparte del tan acertado estilo literario la historia es apasionante, un cruce entre el thriller y la novela realista sobre la gran base del libro que es la novela de terror. Porque pasas miedo de verdad. Me he sorprendido con el corazón desbocado en más de una ocasión.

El libro casi se puede leer en un par de sentadas porque te absorbe, y eso que es bastante largo. Solo lamentar haber visto la película (si, la hay) antes que leer el libro, no puedo imaginar lo que me hubiese sorprendido sin haberla visto. Para acabar decir a todo aquel que lo quiera leer que no busque información sobre el libro, solo la explicación del argumento (que está en todos los comentarios del libro) ya te destripa la mitad del libro.




P.D: Como todos los que me leéis sois gente que conozco pedidme-lo a mi que lo tengo y os lo dejaré encantado... creo que no podré dormir en toda la noche.

domingo, 27 de junio de 2010

Él

Era tarde, muy tarde. Esa noche habían pasado muchas cosas, y aun le daban vuelta en la cabeza. Parecía que tampoco iba a dormir hoy. A su lado la escucho respirar, la tapo con la sabana y le dio un beso en el hombro, también había sido un largo día para ella. Se incorporo de la cama, y se movió un poco para despertar sus músculos un poco aletargados de las horas echado sin conciliar el tan esperado sueño. Cerro la puerta con cuidado y se sentó en su ordenador a escribir.

La escena hubiese estado a la altura de Humphrey Bogart, o el Sr Vallejo en sus mejores tiempos, si no fuese porque el aspecto de Koldo, a sus 28 años, tenía poco que ver con los cánones de belleza actuales. No es que tuviera nada destacado que lo hiciera feo, si dejamos a un lado que le sobraban bastantes kilitos, si no que todo el transmitía una sensación de torpeza y desequilibrio, remarcado por unos gestos toscos heredados de su padre, un Bilbaino duro como la madre que lo parió.

Koldo se dedicaba al negocio de las verdades a medias, o eso le gustaba decir a el. Decía ser periodista pero desde que salio de la universidad solo había encontrado trabajo en una gaceta gastronómica y pasaba el tiempo puntuando Suffles mientras soñaba con ser corresponsal de guerra o intentaba pensar un final para su inacabada novela que nunca era lo suficiente buena.

Aunque quizás todo había cambiado aquella noche...








* un Bilbaino duro como la madre que lo parió: Esta frase la he extraído de uno de mis escritores favoritos, Arturo Pérez-Reverte, en su descripción del soldado Sebastian Copons, de su saga el Capitan Alatriste, un aragonés duro como la madre que lo parió.

Desde este humilde blog darle las gracias por tantas grandes batallas vividas.

También darle las gracias a Kevin, cuyos ronquidos me han servido de inspiración (a la par que molestia) al escribir esta entrada.

sábado, 5 de junio de 2010

Anexo: Los diez mandamientos

[...] A continuación podéis observar un texto de la época Ciencilésima. Se piensa que este texto lo elaboró junto con un grupo de expertos el doctor Friodorich Vallejo, bisnieto del brillante filosofo de la edad contemporánea Sr.Vallejo. El texto lo tenéis en el anexo 4, por favor lealo en voz alta señorita...




1-Amaras a la ciencia sobre todas las cosas.

2-No tomarás las cifras significativas en vano.

3-También estudiaras los viernes por la tarde.

4-Honraras a las derivadas y a las integrales.

5-Usaras el sistema internacional.

6-No creerás en pseudociencias.

7-Darás a conocer tus descubrimientos a la humanidad.

8-No te inventaras datos empíricos.

9-No consentirás pensamientos irracionales.

10-Codiciaras los conocimientos ajenos.




Si no les interesa la clase ya saben donde está la puerta, ya está bien de tanta tomadura de pelo, como mínimo cuando yo era joven....

jueves, 3 de junio de 2010

Breve historia de la ciencia moderna

Luis, también conocido como el híbrido, se encontraba sumido en unas semanas un tanto oscuras. Lo que se conoce en el ámbito académico como la puta semana de los finales. Intento buscar ayuda y consejo en el ya conocido señor Vallejo, pero fuese porque estaba muy ocupado o fuese porque no le dio la gana, en ese momento no apareció. Así que armado absurdamente con su mochila y unos cuantos tapers, se dirigió hacia la biblioteca de su facultad.

Allí entro con un poco de miedo, había mucha gente, y mujeres de inusitada belleza, cosa muy extraña en su universidad. Después de buscar sitio sin suerte, decidió que ya estudiaría mañana y se acurrucó en un sillón, dispuesto allí para que la gente pueda practicar el arte de la lectura. Allí sentado descubrió algo en la estantería más cercana. Una luz empezó a brillar, se oyeron repiques de campanas y voces angelicales le anunciaron que sí, que había encontrado lo que buscaba.

Y no era otra cosa que la revista Redes para la ciencia. Así que Luis, aun dolido por el rechazo del señor Vallejo, se lanzó a los brazos de Eduard Punset.






Después de este prologo anunciaros que he enviado un relato corto de ciencia ficción a tal revista, y solo quería preguntaros que os parece. Sed sinceros, mi salud mental os lo agradecerá.


Breve historia de la ciencia moderna

Y llegó un momento en que la ciencia ocupó el lugar de la religión. Al principio la gente de letras, los después llamados pseudoalgos, organizaron revueltas populares, y se juntaron en oscuras sectas donde veneraban a falsos dioses, pero al final ganó quien tenia razón, y podía construir armas más mortíferas.

En las escuelas ya nunca más se volvió a escuchar hablar de Cervantes, o Picasso, ahora todo giraba al rededor de las ciencias. Los alumnos tenían como lideres a aquellos que sacaran mejores notas en matemáticas, y marginaban y maltrataban a aquellos que practicaban algún tipo de deporte. La revista Superpop fue substituida por la Nature, y las carpetas de las estudiantes eran decoradas con retratos de Newton y Sir Humphry Davy entre otros.

Grandes laboratorios construidos de la forma más eficazmente posible, teniendo en cuenta las condiciones de equilibrio cuántico con las mejores aleaciones, cubrían majestuosos el centro de las ciudades. Substituyendo las iglesias que habían sido destruidas siglos atrás. Donde se ubicaba la antigua catedral de Florencia, ahora se estudiaba la posibilidad de viajar a través de quasars, y en Colonia ahora se dedicaban a clonar un ejercito de Einsteins, Faradays y Gauss's.

En Sevilla, cada semana de la ciencia, salían las cofradías cargando a sus espaldas, representaciones talladas a madera del virgen Mendeleiev, gritando: SAGRADA SEA LA TABLA PERIÓDICA Y SUS VALENCIAS!

Todo estaba perfectamente coordinado por la mensa desde la antigua ciudad del Vaticano, ahora llamada Ciudad 1.

Ya nadie se acordaba de el cuando Dios se decidió a bajar a la tierra, y la gente le pregunto: ¿No podrías haber llegado antes?




Ya sé que últimamente he publicado poco, pero tengo cosas pendientes en las que necesitaba colaboración, aparte, estoy preparando cosillas que creo que os gustaran.

Difundid la palabra, y hasta más ver.



P.D: Los personajes y lugares que aparecen en esta historia son fruto de la imaginación del escritor. Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.


Más información:

Anexo: los diez mandamientos

sábado, 22 de mayo de 2010

Microtributo: Haruki Murakami entre otros

Acompañamiento musical para el microrealato


Era la primavera de 1978, y yo regentaba un club de Jazz en Shibuya. Era un local oscuro, discos de Miles Davis y Pops decoraban las paredes de ladrillo, y el agudo sonido del saxofón y las ásperas voces, sonaban por encima del tintineo del hielo en las copas de Cutty Sark. Habitado por la más extraña clientela, la mayoría de ellos seres solitarios que buscaban en el Jazz una vía de escape a su monótona vida diaria. Aunque no todos eran así, ni mucho menos, aun me acuerdo de aquel joven. Como se llamaba? No lo recuerdo.

Solía sentarse en la barra, cerca de la puerta, y después del segundo Bombay Sapphire me explicaba alguna de sus increíbles aventuras...













El espíritu del Sr. Vallejo sobrevuela los cielos, acechando a alguna víctima, sobre que afortunado se posara hoy y le hará vivir alguna absurda noche?

lunes, 10 de mayo de 2010

Gran exclusiva: El pasado del misterioso Señor Vallejo (incluye sordidas imagenes)

El Sr.Vallejo abrió un periódico. Era un periodicucho de esos que hace años regalaban en eso que se llamaba tren. Este tomaba por nombre las cadenas de ácidos desoxirribonucleicos que forman el organismo. Pero este que ahora ojeaba en particular era especial para el.


En sus años de juventud, el Sr.Vallejo fue un intrépido personajillo en busca de la verdad. Siguiendo la máxima la verdad está ahí fuera, salia a la calle con una gabardina, un bloc de notas y un magnetófono (en realidad era un móvil, en la tienda le dijeron que eso de las cintas ya no se llevaba). Tan pintoresca apariencia se veía realzada por un sombrero color beige, un paquete de cigarrillos siempre lleno (ya que el señor Vallejo nunca ha fumado) y una petaca, con ginebra o whiskey, dependiendo la ocasión. Llego a escribir artículos en los mayores periódicos del país (pues el era un periodista frilans) y cogió cierto renombre en el sector. No gano un Pulitzer, pero una vez... Pero esto es harina de otro costal.

Este periódico que ahora el hojeaba, fue el detonador de su futuro en el oficio de las verdades a medias. Y todo empezó con una carta al director, la primera que le publicaron.

Después de contemplarlo, en su rostro se dibujo una sonrisa de oreja a oreja de orgullo.

- Se lo voy a enseñar a mi nieto.

Y a su nieto (que ahora mismo sois todos vosotros) le enseño esto:

Carta que envío el Sr. Vallejo, cuando aun no era tal, al director:

Tecnofobia

El pasado 6 de mayo leí una carta al director en este diario que cargaba en contra de la informática y la construcción de metros automáticos ya que las redes son poco seguras. Esto me recuerda a aquellos que dicen que no confiarían sus vidas a una maquina, después de haberse levantado al son del despertador, afeitado con una maquinilla eléctrica, duchado con agua caliente, llamado por teléfono, e ido a trabajar con coche. Más un largo etcétera. Los humanos vivimos en una sociedad que se levanta sobre maquinas y cada vez esto ira en aumento. Pero esto no es malo, todo lo contrario. En el antiguo Egipto necesitaban décadas y miles de operarios para levantar las pirámides. Actualmente gracias a grúas, y otras maquinas, se podrían construir con muchísimos menos operarios y en unos poco años. No hay que combatir a las maquinas, ya que son el futuro. Hay que adaptar la sociedad a ellas, sobretodo a las redes. Y si hay problemas de seguridad arreglarlos. Estas opiniones me recuerdan cada vez más a la ley sinde. ¡Eso si que da miedo!

La carta publicada es la siguiente:






Como se lee muy bien, no creo que sea necesario transcribirlo. Solo quejarme de que recortaran lo de la ley sinde. Pero mi jubilo es considerable.

P.D: La sonrisa de orgullo, es mia, y estoy orgullosisimo. Es una tonteria, pero creo que me entendereis.

P.P.D: Los personajes y lugares que aparecen en esta historia son fruto de la imaginación del escritor. Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.


Quiero dar las gracias por las fotos y el chivatazo a Javi, compañero y amigo de la uni. Venga, que queda poco curso.

jueves, 6 de mayo de 2010

La increible historia de Renji, el muñeco que se queria morir

Había una vez, un muñeco que vivía en un pequeño piso de la ciudad condal. Lo había comprado una niña muy dulce que se llamaba Mimi-Chan. Estaba rodeado de amigos y amigas todos muy felices que se lo pasaban muy bien. Pero el se quería morir. Y repetía una y otra vez con voz muy triste y cansada: "Me quiero moriiiir....".

Mimi-chan, que no destacaba por su inteligencia, no se percataba de ello así que siguió tratándole como otro muñeco más. Le maquillaba, le ponía ropas raras y decía que era gay. Después se dedicaba a enseñárselo a sus "amigas" que le mentían piadosamente diciendo que le había quedado muy cuco. Y el pobre muñeco volvia a repetir para sus adentros: "Me quiero moriiiiiir...."

Mimi-chan, que tampoco destacaba por su pudor, se cambiaba de ropa en la misma habitación delante de los ojos del atónito Renji, que sin tendones ni músculos no podía girar la cabeza. Aclaremos que Mimi-Chan tampoco destacaba por su gracilidad, ni belleza, naturales. Y el pobre Renji repetía: "Me quiero moriiiiiiir...."

Un día, Mimi-chan lo saco de casa y el bueno de Renji pensó, ha llegado mi oportunidad, con un poco de suerte me caigo de la maleta y me atropella un coche, o me pierdo, o unos boixos nois pegan una paliza a la gorda por llevar muñecas y me consigo morir. Pero no corrió esa suerte, llegaron bien a su destino y se juntaron con otros muñecos y muñecas y otras y otro coleccionistas y Renji pensó: "Me quiero morir...."

Para rematar el día, un grupo de jóvenes que acompañaba a los locos de las muñecas pero que parecía que no mostraban el mismo interés por estas se dedicaron a cogerle y a reírse de el, diciendo que se quería morir, pero era verdad, así que Renji pensó: "Hummm, que hambre, ¿quedaran tortitas en casa?"

Al final, Renji volvió a casa, y nunca, nunca, nunca, se murió.


FIN!


El señor Vallejo levanto la vista del libro y no pudo evitar que se le cayera una lagrimilla por el pobre muñeco. Lo que había tenido que aguantar. Pero no solo se quedo ahí.

No se sabe aun como, se cree que a trabes de mensajes ocultos entre las palabras del libro, encontró la casa de Mimi-chan. Se vistió con un traje de camuflaje y consiguió un equipo de escalada completo, un diamante de ferretería, unas ventosas, unas zapatillas Michael Jordan especial, un arnés y un paquete de chicle, dispuesto a liberar al pobre Renji.

Al final la misión fracasó, se quedó dormido en el bus.


P.S: Los personajes y lugares que aparecen en esta historia son fruto de la imaginación del escritor. Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.